La relación entre los padres de familia y la educación preparatoria de sus hijos e hijas es esencial para su éxito académico y desarrollo personal. Sin embargo, encontrar la forma adecuada de mantener un vínculo sólido puede ser un reto para ambas partes.
"Descubrí que podía decir las cosas con color y formas, cosas que no podía decir de otra manera porque no encontraba las palabras". Esta frase, atribuida a la pintora Georgia O’Keeffe, habla de la necesidad de la expresión en nuestras vidas más allá de las simples palabras descriptivas.
La adolescencia es una etapa que implica el desarrollo de la identidad propia, la obtención de nuevas vivencias y la gestión de diversos sentimientos, todo lo cual puede resultar abrumador y confuso.
Existen muchas alternativas de estudio en el nivel medio superior educativo, incluso más en una ciudad tan grande como la CDMX. Pero lo ideal es que, para continuar la formación en la universidad, se curse una preparatoria de calidad. La cuestión que viene en seguida es, ¿por qué en una privada?
La formación integral en la preparatoria se refiere al proceso educativo que busca desarrollar en los estudiantes jóvenes habilidades, conocimientos y actitudes en diversas áreas (ciencias, humanidades, artes, etc.), de manera articulada y coherente, dicho de otro modo, armónicamente y no de forma fragmentada.