Parte de la madurez de las adolescentes se relaciona con el desarrollo de habilidades para que sean firmes en torno a sus valores, sin que por ello dejen de interactuar con personas que puedan tener otros distintos.
Es importante que las jóvenes nunca sientan la presión de decir que sí cuando su intuición les indique lo contrario. Tener la capacidad de oponerse a la presión social negativa incluso podría salvarles la vida o, por lo menos, ahorrarles muchos problemas. Pero, ¿qué habilidades se necesitan para decir “no”? Suena fácil.
Considera estos 6 consejos para que puedas hacer frente a la presión cuando te opongas a la postura de un grupo.
1. Di “no” con moderación
Aprende a decir “no” sólo cuando realmente quieras comunicarlo en serio. No siempre debería significar no. No, no debería significar tal vez.
Y está bien que no estemos seguras en ocasiones. Pero cuando no estés segura, mantente preparada para decir: "no sé", "tal vez" o "necesito pensarlo". Tan pronto como te sientas incómoda en cierta situación, es crucial que seas clara y te muestres firme en que tu respuesta es “no”.
No busques negociar. Expresa tu posición con claridad y de una forma no negociable, pero también sin querer confrontar. Puedes añadir: “No, gracias. No en esto".
2. Sé consciente de tu lenguaje corporal
Las palabras son tan sólo una pequeña parte de cuanto expresamos. El lenguaje corporal también es un factor relevante en lo que les comunicamos a los demás. Decir “no” mientras sonreímos o nos inclinamos hacia alguien podría enviarle señales contradictorias.
Podemos expresar nuestra postura con más firmeza a través del lenguaje corporal cuando estamos tranquilas y serias, hacemos contacto visual y no nos movemos. A veces, la mejor estrategia consiste en simplemente alejarse y distanciarse de posibles problemas.
3. Ofrece alternativas
En ocasiones, las adolescentes pueden dudar en decir “no” porque piensan que no les agradará a las compañeras. Nadie quiere ser la extraña o parecer que está juzgando a las otras personas por sus elecciones.
Una estrategia útil que puede usarse es ofrecer alternativas. Por ejemplo, si alguien te pide faltar a clase, puedes comentarle: “Voy a clase, pero si quieres nos reunimos después de la escuela para tomar un café".
4. Refuerza tus valores
Cuando las jóvenes toman una decisión adecuada para ellas y se apegan a la misma, aprenden a expresar sus valores. Lo que está bien para una persona puede poner en riesgo a otra. Finalmente, deben ser ellas en sí quienes tomen sus propias decisiones. Depende de ellas (no de sus amigas) decidir qué valoran y afirmarlo.
5. Practica
Siempre que las adolescentes tienen la oportunidad de practicar nuevas estrategias, adquieren confianza en su capacidad para usar esas habilidades en un contexto real. El juego de roles es la forma más obvia de practicar decir “no”. Practica con tus padres o una amiga de confianza una variedad de situaciones potenciales.
Aunque muchas veces podemos creer que es tarea de los padres enseñarnos esto, está en nuestras manos tomar la iniciativa y animarnos a practicar en escenarios hipotéticos para que vayamos volviéndonos personas más responsables. Pide ayuda cuando la necesites.
6. Emula buenos modelos a seguir
Trata de emular a adultos ejemplares -incluso pueden ser tus padres o maestras- en cómo decir “no” de forma definitiva. Puedes basarte en personajes fuertes. A medida que adoptes las buenas cualidades de otros adultos, irás adquiriendo práctica a partir de modelos de vida y personas con más experiencia.
Si son tus amistades las que te orillan a encontrarte situaciones incómodas, quizás debas reconsiderarlas. Las verdaderas amistades respetan las decisiones ajenas. Nos hallamos en nuestro momento óptimo cuando sabemos cómo rodearnos de personas con valores e intereses similares.
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