15-jul-2021 / 19:15:00
Todos los hábitos que incluimos en esta lectura pueden ayudarles a las adolescentes a adoptar medidas más saludables al elegir alimentos y cocinarlos. No sólo podrán llevar ellas una vida más sana, sino que también pueden influir sobre quienes conviven con ellas.
Ten en cuenta que aunque no decidas incorporarlos ahora a tu vida, nunca es demasiado tarde para adquirir hábitos saludables. Aquí 6 de ellos:
1. Desayuna
Al desayunar fomentas un metabolismo saludable: “rompes el ayuno” después de una buena noche de sueño. Recuerda que la comida equivale a combustible corporal. Es lo que mantiene en marcha nuestra actividad mental y física.
Los estudios demuestran que los estudiantes que desayunan con regularidad tienen una mejor concentración, se desempeñan con más eficacia en los exámenes y mantienen un peso más saludable.
Las opciones para desayunar pueden ser simples, no es necesario que sean las típicas. Para que regules mejor tu hambre a lo largo del día y logres aumentar tu concentración por las mañanas, se recomienda que no comas después de una hora de haberte despertado.
Si no tienes demasiado tiempo para preparar algo, considera empacar algo antes de irte a dormir la noche anterior.
2. Sigue la regla 80/20
Esta forma de pensar nos puede ayudar a mantener una dieta balanceada y saludable, y aún nos permite indulgencias ocasionales. Analicémoslo: el 80% de las veces, elige alimentos en función de cómo nutren y benefician tu cuerpo. El 20% de la veces, elígelos para disfrutar de ellos, ¡todo vale!
Aunque en estas ocasiones comas algo que no sea tan nutritivo, sabrás que la mayor parte del tiempo estás alimentando tu cuerpo con los nutrientes que necesitas. Si comes 3 veces al día, haces 21 comidas a la semana.
Entonces, en 17 comidas (80%), come de un modo saludable y en 4 comidas (20%), come lo que quieras.
3. Come de una manera intuitiva
Come conscientemente: comer cuando tengas hambre, detente cuando ya estés llena.
Recuerda: ¡comer refrigerios saludables es bueno! Cuando tenemos mucha hambre entre comidas, esto puede llevarnos a comer en exceso a la hora de comer. Ten frutas y verduras a la mano para picar y equilibra los refrigerios con un poco de proteína o cereales integrales. Prueba estas combinaciones:
- Manzana y mantequilla de maní
- Galletas integrales y queso en tiras
- Uvas y almendras tostadas
- Tortilla y frijol u otra legumbre
Contenido relacionado: Cómo llevar una alimentación sana en la adolescencia
4. Ofrécete a comprar los alimentos
Hay muchas ventajas de hacerlo - ¡no esperes hasta la universidad en que estarás más ocupada! Ofrécete a ir al súper o al mercado una vez por semana y comprar alimentos para la familia.
Pon atención en lo que está de oferta, lo que está en temporada (generalmente está de oferta), en alimentos que nunca hayas probado antes y en cuánto cuestan las cosas.
Familiarizarse con estos factores de compra te facilitará usar el presupuesto para alimentos y planear comidas saludables para cocinar en casa cuando vayas a la universidad.
5. Cocina para tu familia una vez por semana
Esto te ayudará a contar con un arsenal de recetas fáciles y saludables para cuando te independices. Fíjate como meta cocinar para tu familia una vez a la semana. ¡Pídele ayuda a un hermano, padre o amiga!
6. Prueba una nueva fruta o verdura cada mes
Haz que tus comidas sean más interesantes al incorporar alimentos que nunca antes hayas probado. La variedad es clave para que podamos obtener el mayor beneficio de todas las vitaminas y minerales que nos aportan los alimentos.
¡Asegúrate de cocinarlo tú misma en caso de que decidas probarlo! Los estudios demuestran que cuando las personas prueban un alimento nuevo y ellas mismas lo han preparado, existe una mayor probabilidad de que les guste.
Recuerde que practicar una buena nutrición es como poner dinero en una cuenta de ahorros o tener un buen seguro: ¡a la larga dará más frutos de los que esperamos!
Las decisiones que tomamos cuando somos jóvenes tienen un efecto duradero en nuestra salud, en nuestra capacidad para hacer lo que disfrutamos y en nuestra autoconfianza e imagen corporal conforme envejecemos.
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