Beneficios de llevar una vida minimalista en la adolescencia

El estilo de vida minimalista consiste en vivir sólo con las cosas que uno necesita; en simplificar nuestras vidas para que podamos concentrarnos en lo que más importa. Puedes comenzar por escaparte del ciclo interminable de comprar y acumular más cosas que no agregan valor a tu vida.

En lugar de dedicar tiempo a adquirir artículos innecesarios, desde la adolescencia puedes invertirlo en tu crecimiento personal, en convivir con seres queridos o en buscar experiencias enriquecedoras. Esto te facilitará hallar satisfacción en las cosas sencillas.

Además, al llevar un estilo de vida minimalista dispondrás de más energía y tiempo para enfocarte en tus prioridades.

¿Cuáles son algunos beneficios de éste?

1. Menos estrés: menos desorden implica menos estrés.
2. Más tiempo: cuando se tienen menos artículos, es más fácil mantener un espacio limpio y organizado.
3. Ahorrar dinero: se dejan de consumir artículos innecesarios y sólo se consiguen los más importantes.
4. Sueño más reparador: algunos estudios muestran que las personas que llevan un estilo de vida minimalista duermen mejor porque no se sienten estresadas por sus pertenencias ni por el lugar en donde las ponen.
5. Una sensación de logro: al no tener tantos aspectos por qué preocuparse, es más fácil controlar los objetivos y valorar haberlos alcanzado.

¿Qué le agrega valor a mi vida?

Al practicar el minimalismo en tu vida, además de aquello que consumes, quizás también puedas tener en cuenta tus relaciones y tus actividades diarias. Estas son algunas de las preguntas que puedes hacerte al respecto:

• ¿Se adecúa a mis valores?
• ¿Contribuye a mis objetivos?
• ¿Contribuirá a mi crecimiento general?
• ¿A quién puedo pedir ayuda?
• ¿Esta relación enriquece mi vida?
• ¿Realmente es necesario que haga esto?
• ¿Estoy haciendo esto por mi bien, el de mi familia o de mis amistades, o por complacer a los demás?
• Si pudiera hacer una gran acción hoy, ¿cuál sería?

Vivir una vida minimalista también te permitirá despejar tiempo para la introspección y la creatividad, así como fomentará la tranquilidad de que sepas que todo tiene su lugar, ¡en donde pertenece!

¿Cómo puedes comenzar un estilo de vida minimalista?

1. Discierne tus valores

Vivir una vida minimalista puede ser tan simple o complejo como tú lo quieras. El primer paso es que seas consciente de tus valores y luego te esfuerces por llevar un estilo de vida que se adecúe a los mismos. No lo hagas sólo porque suena genial o porque es lo que hacen otras personas.

El minimalismo no se trata de reducirlo todo a lo mínimo, sino que de elegir a qué queremos aferrarnos para asegurarnos de que todo refleje nuestros verdaderos valores. Ya que tengas una visión más clara, el siguiente paso es empezar a ordenar tu espacio.

2. Deshazte de lo innecesario

Revisa tus cosas e identifica las que ya no te sean necesarias pero que tengan un valor sentimental; quizás no todas estén a la altura de su función original u ocupen espacio de más. Puedes comenzar por deshacerte de un artículo cada día (o hasta cada semana).

Si quieres empezar a disminuir la cantidad de posesiones que tienes u ordenar tu desorden, te damos estos consejos:

• Haz un inventario de qué posees y con qué frecuencia lo usas
• Ordena tus cosas, desde las más usadas hasta las menos
• Dona lo que pueda servirles a otras personas

Para dejar de acumular más artículos, considera estos consejos:

• Ve al supermercado con un plan en mente (por ejemplo, qué artículos y marcas comprar, ten una lista de las primeras y segundas mejores opciones).
• Sólo ve de compras cuando sea necesario; no te pierdas explorando durante horas sin no tienes una intención determinada.

3. Reflexiona

Por último, tómate un tiempo para hacer introspección y distinguir exactamente qué aspectos de tu vida merecen menos atención. Esto no sólo concierne a las posesiones materiales, sino también a las relaciones, los hábitos y las rutinas.

La introspección sostenida puede ser difícil de iniciar, pero es una herramienta invaluable para que podamos crecer día a día. Puedes iniciar por escribir un diario o por practicar mindfulness.

Cuando profundices en la naturaleza de tu propia vida y lo que te está funcionando o no en diferentes áreas, adquirirás una imagen más clara de cómo invertir mejor tu tiempo a futuro.

El poder detrás de la introspección radica en entendernos a nosotras mismas lo suficientemente bien como para poder distinguir a qué partes les estamos dando demasiada atención y al mismo tiempo darnos cuenta de aquellas que merecen menos atención para que no reciban más de la que les corresponde.

Éstas son algunas ideas que pueden ayudarte en tal sentido:

• Ordena tu vida de tal modo que los hábitos no saludables sean más difíciles de practicar y que los saludables se vuelvan más atractivos.
• Desactiva todas tus notificaciones siempre y cuando no lo requieras.
• Disfruta el tiempo con quienes más quieres y asegúrate de estar más presente en esos momentos (por ejemplo, deja a un lado tu teléfono o cualquier otra forma de distracción).
• Cultiva las relaciones y cuida de las cosas que agreguen valor a tu vida.
• Cuando estés realizando algo, elimina las distracciones hasta que termines con la tarea o con cierto hito.
• Mantente alejada, tanto como sea posible, de cosas, personas o situaciones que perturben tu paz.

No se trata de que vivas sin nada. El minimalismo tiene que ver con lo que uno necesita, sin el exceso de equipaje que distrae y agota nuestra energía; esto nos da la oportunidad de enfocarnos en lo que más importa en la vida.

Quizás puedas descubrir una nueva faceta de la vida y abrirte camino a través de un ciclo interminable al simplificar tu vida de modo que puedas concentrarte mejor en tu crecimiento personal, tu familia, tus amigas y tus experiencias.

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