Todo padre desea que sus hijas adolescentes se desempeñen con éxito. El acceso a oportunidades de participación social para el bien ajeno puede traducirse en resultados inmejorables para ellas y las comunidades a las que ayudan: ésta es la misión del servicio social en la Preparatoria Panamericana.
Las jóvenes que aprovechan los programas de servicio social tienen más probabilidades de rendir con mayor efectividad en la escuela y en la vida profesional, y de convertirse en adultos cívicamente activos.
A continuación, compartimos algunos de los beneficios del servicio social en nuestra preparatoria y cómo las jóvenes pueden hacer contribuciones valiosas tanto a su comunidad como a otras distintas a la suya a través del mismo.
La importancia del servicio social para las jóvenes
¿Por qué es importante el servicio social para las adolescentes? Ante todo, las adolescentes que participan en él tienen una transformación significativa a nivel personal.
Sin embargo, existe evidencia de que el servicio social, la participación en proyectos altruistas y otras formas de apoyo a las comunidades no se limitan a ser actividades para sentirse bien. Pueden mejorar el porvenir de las jóvenes y de las comunidades.
Dicho de otro modo, todos nos beneficiamos al fomentar que las jóvenes realicen actividades altruistas para la sociedad. A continuación, describimos algunas de las formas en que nuestro programa de servicio social promueve el éxito de nuestras alumnas:
- Adquieren habilidades prácticas
En el servicio social, las alumnas practican de manera regular habilidades como el trabajo colaborativo y la resolución de problemas, que son esenciales para su éxito en el mundo académico, el ámbito profesional y la vida personal.
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Las jóvenes desarrollan una comprensión de la vida cívica que se extiende hasta la edad adulta. Además, presentan en su trayectoria curricular una experiencia incomparable de labor práctica.
Los empleadores y muchas universidades buscan aspirantes comprometidos a nivel cívico capaces de prosperar en entornos de equipo y de asumir trabajo desafiante.
El servicio social les depara a las estudiantes la oportunidad de superar desafíos reales y de conseguir cambios significativos. Estas experiencias transformadoras las alientan a enfrentar dilemas morales, investigar soluciones y ejercitar un pensamiento innovador.
A medida que comienzan a notar cambios que se dan como resultado de su esfuerzo, establecen una conexión cognitiva entre dicho esfuerzo y los resultados positivos.
También empiezan a conformar una identidad cívica como líderes y agentes de cambio, y por lo tanto se convierten en adultas motivadas a ser responsables y más activos a nivel social y político.
Conforme las jóvenes van madurando, se forman un sentido más refinado de autoconciencia y de conciencia social. En el servicio social lo ejercitan, pues deben dejar de lado sus propias necesidades para atender las de los demás. Asimismo, aprenden a valorarse y a comprenderse a sí mismas durante todo el proceso.
Participar en actividades como éstas desde una edad temprana introduce a las jóvenes en el proceso de confrontar dilemas morales y pensar en el cambio social. La exposición a estas situaciones fomenta la empatía y la inclusión de una forma duradera, cualidades necesarias para construir comunidades seguras y unificadas.
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Las personas que se involucran en el servicio social cuando son jóvenes tienen más probabilidades de convertirse en adultos filantrópicos que invierten en sus comunidades.
La participación en programas de apoyo cívico desde una edad temprana infunde empatía, inspira un sentido de ciudadanía y encamina a las estudiantes a buscar siempre una carrera y un trabajo plenos de significado.
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